Dentro de las visitas fue la sensibilidad a una
anciana de más de 85 años que vive sola, hace poco para subsistir ya que es
independiente.
Una de la fuente de ingreso es la venta de cuñapé, sonso o roscas paraguayas; muy cotizadas para el paladar camba.
A causa de la vejez de su anterior cocina ya siendo peligrosa, con la generosidad de algunos vecinos se le proporcionó una cocina simple de cuatro hornillas, pero ante la dificultad de poder continuar con su fuente de ingreso por la falta de horno, se le colaboró con la entrega de otra cocina que incluyera el horno tan importante para su subsistencia económica.
Se realizó la entrega correspondiente con la alegre y bondadosa mirada de agradecimiento por la solidaridad, sensibilidad y caridad ante la necesidad del prójimo.
Muchas gracias hermanos de Ratingen por el apoyo ante todo moral, espiritual y económico para hacer posible, aunque sea momentos de esperanza.