Al llegar se concentraron frente a la capilla para las indicaciones de la jornada de reflexión y convivencia, seguidamente se compartió el desayuno para iniciar el recorrido del Vía Crucis y en cada estación reflexionar sobre la importancia del catequista, su impacto en las personas que se acercan para la catequesis.
Durante el recorrido, P. Juan se ofreció para el sacramento de la reconciliación, la confesión no faltó en los peregrinos de fe recordando la pasión de Jesús.
Al concluir el recorrido de mediación, reflexión y oración, se congregó en la capilla de San Patricio para la participación de la S. Misa en la que se agregaron miembros de la comunidad local, con la alegría del encuentro se procedió al almuerzo con sabor a leña.
El majadito de pato, pan de arroz, cuñapé, sopa de yuca refresco de naranja agria fueron los momentos de encuentro en las comidas. Organizándose en el área del llamado “Eremitorio” fue el lugar de filas y paciencia para poder compartir las comidas.
Se recorrió el campo del “Cantico de las creaturas” con el momento de alabanza y agradecimiento a Dios por toda la creación como lo hizo San Francisco de Asís.
Llegando a la “Casa tradicional” se compartió experiencias de las vivencias con los abuelos y familiares que hicieron presente la vida simple y tranquila de campo que se manifiesta en los utensilios encontrados y ahora expuestos en la casa museo.
Casi al finalizar la tarde, se partió en caravana al rio Guendá para compartir momentos de ocio, alegría y confraternidad. Alrededor de las cinco de la tarde se partió de retorno a Santa Cruz alegres por la jornada de reflexión, oración y diversión fraterna.