Durante la falta de agua a causa de la tormenta que quemó la bomba de agua, se tuvo que decidir aprovechar el tiempo bueno del clima para poder continuar con los pequeños arreglos que se van llevando adelante gracias a los aportes generosos de las personas de buena voluntad y familiar que ven en esta área la posibilidad de brindar un oasis de espiritualidad y paz en medio de la naturaleza.
El proyecto de la construcción del Vía Crucis y las parrillas exigieron tomar decisiones rápidas de tener que llevar agua del rio para no parar la obra. Valientemente los albañiles se animaron a continuar con incomodidad de la falta de agua potable, pero llevar adelante el proyecto.
Se requirió de buscar utensilios para el traslado del agua, así como del almacenamiento, las ofrendas de tanques de agua fueron más que bendición para la realización del mismo.
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