“Jardín de la Inmaculada es vecina a un bosque (monte como llaman los lugareños) alto, prácticamente virgen consistente a cincuenta hectáreas, donde habitan gran número de fauna que por ratos llegan para disfrutar de las frutas y aventurarse en la zona poblada. Es fácil escuchar los grupos de monos, los tucanes, tucancillos, una que otra ardilla, infinidad de aves de diversos tipos entre los que sobresalen los loros. Además, raramente se encuentran víboras y tarántulas ya que prefieren estar dentro del monte.